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VOCES DE ISAAC PATERNINA LARA

Mi nombre es Isaac Paternina Lara, soy facilitador del proceso de formación ambienta palo de lluvia, del centro de desarrollo cultural de Moravia desde el año 2014. Recuerdo que en el mes de mayo del año ya mencionado, conocí a Alfonzo González y a Fernando Parra, quienes me dieron la oportunidad de hacer parte de palo de lluvia, debido a que requerían de una persona del barrio para diferentes labores y al mismo tiempo, ver, como la filosofía del programa era capaz de transformar la realidad o aportar herramientas que permitieran el relacionamiento y la sensibilidad en torno a la relación con el planeta tierra. Desde ese momento adquirí un nuevo nombre “PALO DE LLUVIA”, con el cual me reconoce la comunidad infantil del barrio. La experiencia de ser facilitador de procesos ambientales me ha permitido despertar la sensibilidad, jugar, divertirme y recordar que una vez fui niño, descubrir mundos, divisar el mundo y mi mundo con otros ojos, cuestionar la sociedad, buscar posibles soluciones a problemáticas ambientales y compartirlas con las niñas y los niños que participan de los encuentros formativos, porque sueño ver germinadas cada una de las semillas que se siembran en ellos, deseando en un futuro, éstas logren transformar su ser, encontrarme con ellos luego de varios años y reconocerlos como seres humanos sensibles, responsables de sus acciones, de su territorio, con voz propia en cada una de sus manifestaciones y libres de pensamiento. Reconozco que he sentido frustración en momentos donde las cosas aparentemente no resultan como se espera, y los estudiantes no atienden a los contenidos y reflexiones, esta misma frustración también invita a repensarse, a buscar distintas estrategias y crear nuevos caminos que motiven más, que muestren otros colores, texturas, lenguajes y permitan espacios para el encuentro libre, de subjetividades y de especies. Independientemente de lo administrativo o contrato laboral, para mí, palo de lluvia es una filosofía y/o estilo de vida basada en el respeto, que trasciende el escenario laboral y llega a cada espacio que habito, viajando en el bus, en la calle mientras camino, en los parques donde practico BMX, en una cafetería, entre otros. El respeto es la base para el relacionamiento con la naturaleza. Si el niño y la niña aprenden a respetar su cuerpo y cuidarlo, serán capaces de cuidar el del otro, de respetar cada ser vivo y proteger los ecosistemas. Cada semilla sembrada en la vida de quien participa de los encuentros formativos de palo de lluvia, adquiere herramientas que le permiten ser actores importantes de la gestión ambiental del barrio, colegio, hogar y otros espacios.