Cuidado significa ocuparse de una persona, de algún tipo de atención o asistencia, estando pendiente de sus necesidades y proporcionándole lo necesario para que esté bien. Cuidado en este sentido se vincula a la definición de “Educar” Procurar, a una persona, la vigilancia o las atenciones necesarias para evitarle algún mal o peligro.
Educar además significa tradicionalmente como “entregar” conocimiento, desarrollar facultades intelectuales, morales y afectivas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenece. De esta manera se puede vislumbrar varios aspectos, se aprecia el término educar como dar, entregar conocimiento, por lo tanto, cuidado es más relacionado a la parte física, y educar se establece al estudiante como:
El que recibe, el que no sabe y el educador como quien sabe, tiene el conocimiento y por ende el poder sobre el otro, de aquí que, el educador es siempre quien educa; el educando el que es educado; el educador es quien disciplina, el educando el disciplinado; el educador es quien habla el educando el que escucha, el educador elige los contenidos, el educando recibe en forma de depósito.
La educación se nos presenta pues como un método heredado, con conceptos que no han cambiado desde la edad media, y por lo tanto no posibilita al educando alternativas para crear e innovar en su propio autoconocimiento. Las metodologías empleadas, conservan la misma estructura tradicional, vacua para el educando, quien siempre se queda en vilo, esperando algo más.
Esta realidad nos lleva al cuestionamiento ¿Cómo podemos desde, ese núcleo primario “la familia” y desde la escuela procurar el cuidado de niños, niñas y jóvenes?; El tema se hace extenso porque no es solamente procurar la necesidad básica de alimento, vivienda y educación, es pensar que estamos educando seres con capacidad reflexiva, de análisis, capaces de transformar y cuidar también el entorno. Si un niño ha recibido el cuidado que necesita y merece, este hará lo mismo con los otros y con su entorno.
En este momento de crisis sanitaria mundial, la educación ha sido uno de los temas de menor importancia y por ende poco llevado a la reflexión y al cambio. La población infantil ha estado des cuidada, desde todos los ámbitos posibles. El llamado es urgente a reflexionar sobre las estrategias que se tienen que tomar desde la casa y desde otras instancias para su acompañamiento.
Desde siempre se ha pedido una transformación educativa, y en estos momentos de confinamiento se acrecienta fuertemente no solo en las falencias de tipo educativas, sino también otras problemáticas que están afectando a nuestros niños, niñas y jóvenes.
Por otro lado también, los cambios y avances tecnológicos están llegando a una velocidad vertiginosa, las actuales generaciones han estado pasando de salto en salto hasta perderse en el mundo de la internet y con ella viene la enajenación y el aislamiento social; una generación zombi, conectada adictivamente a las pantallas, redes, celulares, tabletas, videojuegos etc. Los niños y jóvenes y también los adultos se tornan fríos, indiferentes, faltos de emoción, depresión, ansiedad producida por pensamientos negativos, miedo, déficit de atención, agresividad, intolerancia a la frustración, anorexia, perdida de la voluntad, adicción a las redes sociales y los video juegos; enfermedades que están llevando al suicidio. Este es el panorama actual al que nos enfrentamos, una alarma que se enciende y exige una atención inmediata.
Es inminente la búsqueda de alternativas que nos lleven a la felicidad y el goce por lo que hacemos, por la existencia misma, de ahí acudir a estrategias para el cuidado desde de la primera infancia con estrategias que desde al arte y sus múltiples posibilidades, DANZA-TEATRO-MÚSICA-ARTES PLÁSTICAS Y LA LITERATURA, como metodología que se vincula a procesos educativos y procesos para el desarrollo de la capacidad creativa, reflexión crítica, autonomía, valores y transformación individual y social. Métodos de enseñanza diferentes “no tradicionales”, que impliquen una responsabilidad mayor para profesores, gestores culturales, talleristas y en general para todos los adultos que sirven de guía en las diferentes propuestas que tienen que ver con “Educar con responsabilidad”, cada niño, niña a nuestro cuidado se convierte en centro para la formación. Y las artes son nuestra mejor estrategia.
Las pedagogías alternativas como la pedagogía Reggio Emilia emplea en su modelo de proyectos el arte para sus procesos al interior de las aulas; pedagogía Waldorf – basada en el Pensar Sentir y Hacer, énfasis desde el arte para fortalecer la voluntad.
La metodología basada en procesos de arte integrado para educar y el cuidado de los niños hace parte de estrategias activas que dan cuenta en la población afectada, entregando vida y alegría, socialización y convivencia sana a los educandos, finalmente es para ellos quienes se tienen que dirigir estos esfuerzos.
Ahora bien, los vínculos físicos y espirituales deben ir contemplados en paralelo adulto –niño. Un trabajo interior por parte del adulto y una constante auto-educación, llevará a una relación de horizontalidad con una autoridad amada, respeto ganado por imitación “Un adulto digno de imitar” será lo que los educandos tendrán como referencia.
PRIMER SEPTENIO: de los 0 a los 7 años de edad. “Primera Infancia” SEGUNDO SEPTENIO: De los 8 a los 14 años de edad. Se hace preponderante el estudio y cuidado de los niños y niñas, desde dos perspectivas: - el desarrollo tanto del cuerpo físico - como de la parte anímico- espiritual.
Los pies se plantan bien sobre la tierra, adecuándose a ella. En el aprender a andar se halla contenida la forma en la que el ser humano se sitúa en equilibrio de modo estático o dinámico con el mundo físico. En la forma de andar se manifiesta el carácter.
Cuidados: Hay que tener en cuenta que los problemas que el niño desarrolle en esta etapa serán cruciales para toda su existencia; apoyarlo para un desarrollo de su cuerpo físico, levantar su cabeza, gatear, sentarse, levantarse solo, agarrado de algún apoyo, permitirle iniciar su proceso de caminar con seguridad. Esta es la secuencia correcta permitirle estar desclaso y experimentar al máximo su cuerpo con su entorno. Tener en cuenta si el niño no camina tendrá problemas para hablar, tartamudez, o mudo, o hablará con retraso y sin fluidez.
Con el andar y el movimiento de piernas, brazos y gestos se desarrolla el movimiento lingüístico “Hablar”, Con el compás rítmico de sus pasos aprenderá a formar correctamente las frases. La palabra se crea a través del aire. “Con el lenguaje el niño se apropia del ambiente, el entorno que lo rodea”.
Se le debe conversar mucho, los padres de familia o cuidadores que no le hablan a un niño, no lo están estimulando su aparato de fonación. Realizar juegos de repetición constantes con los fonemas r, rr, m, p, con prolongaciones de sonidos ojalá con entonación, cantarle y llenarlo de alegría y amor.
Mientras el pensar se desarrolle a partir del lenguaje, el niño entrará en relación cada vez más consciente con el elemento conceptual, inicialmente con lo espiritual del mundo externo y posteriormente con lo espiritual en general. El cuidado del niño de los 0 a los 3 años es vital para su formación sin ninguna enfermedad ni física ni anímico espiritual.
Para aprender a andar:
EL AMOR
Para aprender a hablar:
LA VERDAD
Para aprender a pensar:
LA CLARIDAD Y LA DETERMINACIÓN
A los 4 años los niños tienden a jugar al lado de otros niños (interacción social). En esta edad los niños están expuestos a la conceptualización, causa del desarrollo de déficit de atención y pérdida de interés en las actividades escolares, los niños necesitan arte, trabajo con la tierra, mucho juego, e interacción con otros niños, cosa que en este momento no tienen por motivos de la pandemia.
A los 5 años nace el encuentro con los demás, la ayuda mutua y las tareas sociales. Trabajar las manualidades, esculturas en arcilla el arte y contacto con la tierra.
A los 6 años Emergen las fuerzas formativas transición hacia la enseñanza formal en la escuela. (Madurez para la escuela).
A los 7 años, primer grado en la escuela, comienza el aprendizaje formal, se establecen las habilidades básicas de memoria, atención y concentración. FASE DE LA LIBRE FANTASÍA.
A los 8 años, la meta en esta etapa es la activación espiritual en este sentido, para el adulto es importante no desviar la educación hacia lo subjetivo y arbitrario, sino que se deje guiar por “Una educación en el amor”.
A los 9 años, los niños comienzan una nueva fase en la cual se enfrentan a los cambios fisiológicos del crecimiento, psicológicamente hay una actitud crítica y una necesidad profunda de ser escuchados. A esta edad, los niños se muestran caprichosos, reacios y criticones; el mundo parece oponérsele en hostilidad, y el escolar experimenta, más que nada, su lado sombrío y malo. Se llena de miedos.
A los 10 años, La vivencia del Yo como realidad profundamente sentida nace en este año, se amplía en la pubertad y se convierte emotivo omni dominante. En esos años el niño siente como profunda tragedia la presencia de Yo separado del mundo exterior, recuerda su infancia como paraíso perdido, ahora se halla desnudo y desamparado frente a un mundo extraño y hostil.
El inicio del estudio de la individualidad de cada niño en su momento evolutivo debe ir acompañado de una observación del ambiente y entorno familiar. En todos los casos existe una afectación por caracteres hereditarios de los padres, y en un grado mucho mayor, hay una predisposición que por imitación se adquiere como característica del temperamento de sus progenitores. El temperamento es heredado, el carácter es adquirido., los niños también adquieren por imitación el carácter de sus profesores.
Los problemas y falencias de todo tipo de los niños y niñas se inician en su primera infancia, el cuidado y la atención que este reciba es crucial para determinar su completa armonía. Los niños que se educan en un ambiente de enajenación y abandono, tendrán problemas para el desarrollo de su cuerpo físico, retraso en el caminar, si no caminan, no podrán hablar y si no hablan no se desarrolla su pensar y su capacidad social. En su parte anímica se desarrollan, el déficit de atención, niños tristes temerosos e inquietos, hiperactividad, agresividad, todos los problemas de aprendizaje provienen en su mayoría, por el poco apoyo y la displicencia del adulto en procurar suplir las necesidades básicas de los niños. “El amor”.
En conclusión, para el tema del “CUIDADO” aquí abordado, es importante no escatimar en el estudio profundo del carácter del adulto y su constante transformación, para lo cual se plantea el arte en sus diferentes asignaturas y poner un importante énfasis en el “desarrollo de los 12 sentidos” como constante en los procesos de formación y autoformación.
“El arte como elemento para la transformación individual y social”
“Nuestros niños y niñas lo primero”