Para el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, el patrimonio vivo es un asunto de memoria barrial que comprendemos como una poética individual y colectiva la cual se vale de la naturaleza del recuerdo y el olvido para las expresiones, los encuentros y los relatos comunitarios. Las narrativas comunitarias tienen la posibilidad de suscitar nuevos saberes en tanto se piensa, construye y circule de manera colaborativa.
De acuerdo a lo anterior, es esencial generar un intercambio de experiencias frente a la pluralidad de las memorias, como componente fundamental en la construcción de identidad, en especial en aquellas que se refieren al colectivo, su territorio, formas de ocupación, significados y luchas. Para esto priorizamos dos objetivos:
Extracto del Documento: Patrimonio vivo como herramienta para repensar el futuro urbano. Intercambio UCL-DPU (The Bartlett Development Planning Unit - University College London) y el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia.
Para el presente proyecto, y con el fin de abordar una realidad tan compleja, existen una serie de perspectivas de investigación y diseño que queremos proponer como lentes de análisis; estas perspectivas buscan reconfigurar el diseño como agente de cambio en los procesos de transformación urbana. La transformación a escala de barrio se define por una multiplicidad de actores y por sus acciones y proyectos catalizadores: tal multiplicidad es definitivamente multiescalar y multidimensional, a la vez que adaptable y sostenida en el tiempo, y requiere una recalibración del papel de las comunidades como motores de la transformación urbana.
Las estrategias de transformación e intervenciones de desarrollo urbano iniciadas y dirigidas por las comunidades, en lugar de ser los objetos de las mismas, son fundamentales para entender el proceso de transformación socio-espacial de Moravia bajo un enfoque de patrimonio vivo. A diferencia de un enfoque de conservación del patrimonio basado en los materiales y los valores, el “enfoque del patrimonio vivo se concentra en la conexión original de la comunidad con el patrimonio (continuidad), y salvaguarda el patrimonio dentro de esta conexión” (Poulios, 2014). Como explica Poulios, el enfoque del patrimonio vivo, en lugar de hacer hincapié en la preservación de un tejido urbano, como un espacio tangible, hace hincapié en la conexión intangible de la comunidad con el patrimonio “aunque en ciertas ocasiones el tejido pueda resultar dañado” (2014). El enfoque se basa en el reconocimiento del papel de la comunidad en el cuidado del patrimonio (es decir, de la comunidad básica); de este modo, las comunidades se convierten en sujetos políticos activos de un proceso más amplio de cambio sociocultural. Según la definición del ICCROM, el patrimonio vivo se puede caracterizar por su continuidad: continuidad de uso (como función); continuidad de las conexiones comunitarias; continuidad de las expresiones culturales (tanto materiales como inmateriales) y continuidad de los cuidados (a través de medios tradicionales o establecidos). La continuidad identifica la respuesta al cambio como la razón principal de la conservación y la gestión del patrimonio (Wijesuriya, 2015). Enmarcar la protección del patrimonio cultural en un enfoque de patrimonio vivo es fundamental y apropiado para promover ciudades y comunidades sostenibles. A través de un patrimonio vivo, las comunidades son capaces de mantener a lo largo del tiempo su conexión original con el territorio mediante el uso de sus conocimientos, habilidades y el reconocimiento de las prácticas culturales existentes; aprovechando así, sus experiencias y conexiones intangibles con el patrimonio. En este contexto renovado, el rol del diseño y de los profesionales del diseño se pone en tela de juicio: el diseño se convierte en un intento de elaborar creativamente una estrategia del potencial transformador de una intervención, en un tiempo y un espacio específicos. Esta definición conlleva una doble obligación relacionada con los procesos y los resultados. Por una parte, se pretende facilitar una imaginación integral de las transformaciones y los cambios. Por otro lado, implica una práctica que se alinea con la voluntad y las voces colectivas de individuos tradicionalmente marginados. Así pues, el diseño no se ve simplemente como una disciplina estética especializada, aislada y orientada a los objetos, sino más bien como una acción inclusiva, alternativa y divergente.
En un panorama tan complejo, hemos destacado a continuación cuatro aspectos clave que juegan un papel crucial en la conformación de Moravia, como un espacio patrimonial vivo para pensar en futuros alternativos. Esos aspectos ofrecen una comprensión integradora del proceso de transformación urbana de Moravia, reconociendo al mismo tiempo la interacción y relación entre los diversos actores, los procesos de producción de conocimientos, las formas físicas de la ciudad, sus dimensiones sociales y sus usos.