Nos encontramos aquí y ahora ante un vuelco clave en la historia, y es desde ahí que hemos de pensarnos. Ya lo estábamos desde hace décadas, pero los últimos acontecimientos simplemente lo han evidenciado y, probablemente, acelerado. Dicho vuelco, como los anteriores de nuestro recorrido como especie, no tienen por qué tener una consecuencia distópica, sino más bien hacernos crecer y evolucionar como humanidad, desarrollando una narrativa adecuada que logre articular certezas e incertezas dándonos fuerza y valentía para construir futuros deseables, siempre que sepamos desarrollar lógicas y herramientas para su configuración.
Como espacios culturales, somos nodos irradiadores de narrativas y rumbos, así como aglutinadores de profesionales de la cultura, creadores y gestores, siempre tan afectados por las crisis al vivir una realidad habitual de precarización laboral y alto riesgo ante eventualidades como esta. La situación de crisis ha significado un dramático parón en las actividades y la oferta cultural. Sí ya la coyuntura era complicada para la mayoría del sector, muchos de nuestros compañeros y compañeras están en situación de vulnerabilidad, es por ello necesario promover la solidaridad entre el sector e ingeniar medidas en esta línea.
Así, y ante estas circunstancias, estamos convencidos de que la conciencia de interdependencia y de colaboración es el camino. Por esto, diversos espacios culturales con un enfoque territorial y comunitario, desde una mirada trasformadora, política, histórica y con perspectiva de género, como anclaje fundamental para pensarnos en el presente y en el futuro -inicialmente de Sudamérica pero abiertos a quienes se quieran sumar o generar redes análogas con las que articular- decidimos fortalecer nuestro trabajo conjunto mediante el impulso de la red de espacios del Sur. (#RedEsSur).
Arrancamos con este conciso manifiesto, dinámico y abierto, colectivo y progresivo, que muestre dicha voluntad. Mediante la presente red, coordinaremos acciones enfocadas a:
la discusión ciudadana abierta sobre el momento actual y sus proyecciones a futuros posibles y deseables, con un enfoque particular en el arte, su energía transformadora y su función social y, por tanto, la inclusión de creadores y gestores en sistemas de seguridad social que disminuyan su vulnerabilidad, garantizando condiciones dignas de trabajo mediante adecuadas políticas de transferencia.
La identificación, desarrollo y fomento de herramientas digitales abiertas y accesibles, para promover una mayor comunicación y acceso a contenidos. El flujo abierto de información y formación de calidad deben llevar a una mayor y decisiva inclusión social, en cuanto a género y situación socioeconómica o territorial, como clave en estos momentos.
La circulación y promoción creativa de contenidos culturales y artísticos por los territorios ya físicos o virtuales, posibilitando el intercambio con los creadores y su sostenibilidad.
El impulso y realización de análisis y mapeos, desde datos locales a internacionales, para identificar la dimensión y alcance del sector artístico y cultural, para reconocer las instancias y grupos que están apoyando a los profesionales y a la vez posibilitando la gestión de la información y toma de decisiones en tiempo real. De otra forma, la creación de un fondo internacional de asistencia alimentado por acciones solidarias ad hoc, como una de las señas de identidad de esta red.
La búsqueda y generación de otros recursos de diversas dimensiones para nuestros espacios y sus iniciativas comunitarias.
Trabajaremos juntos, sabiéndonos complementarios e interdependientes (no solo entre los humanos, sino con los ecosistemas mismos), lo que implica la colaboración como inevitable mecanismo de evolución. Supone valorar conscientemente la inteligencia colectiva y el trabajo colaborativo, para potenciarlos.
Convencidos de la capacidad que la Cultura tiene de articular las diversas dimensiones del ser humano, y en la eficacia del flujo de ideas, información, iniciativas y recursos para construir esa nueva etapa. Espacios colaborativos que promuevan la generación de economías creativas, que a través del arte resignifiquen las realidades mismas.
Para dichas transformaciones, apostamos por entendernos como corrientes ciudadanas más que como masas de consumidores, como productores de economía más que sujetos de subvención o crédito financiero, como dinamizadores de los espacios públicos más que usuarios arrendadores y tributarios pasivos, y en suma, como fuerza más que como carga.
Los estados –y los políticos- que resurjan de las crisis que atravesamos han de cambiar su mirada y su accionar para sostener el sentido mismo de su ser.
No aprovechar, sino intercambiar. No concentrar, sino distribuir. No imponer, sino fluir. No controlar, sino articular. No sospechar, sino confiar. No poseer, sino poder acceder.
Todos hemos de cambiar para pasar del egocentrismo al ecocentrismo, y sabernos parte de un solo planeta, una sola Vida, una sola humanidad.
#RedEsSur #CulturaFutura
mARTadero y Telartes (Cochabamba, Bolivia)
Club Cultural Matienzo (Buenos Aires, Argentina)
Centro Cultural Alternativo Cecual (Chaco, Argentina)
Centro Cultural de España (Asunción, Paraguay)
Teatro Popular Oscar Niemeyer (Niterioi, Brasil)
Bioescuela popular El Cantaro (Areguá, Paraguay)
RGC Ediciones. (Buenos Aires, Argentina)
Centro Cultural online Ártica (Uruguay)
