Inicio / María Lucila Pérez, conocida como “Mamá Chila” es una mujer pobladora de Moravia que como Madre Comunitaria dedicó su vida al cuidado de lo niños y niñas del barrio, para que sus madres pudieran salir a trabajar y proveer de alimento a sus hogares.
Desarrollo / Mamá Chila se dio cuenta que muchos niños del barrio vivían en condiciones muy precarias. “Nosotros no éramos ricos, pero parecíamos, en comparación a otras familias que no tenían lo básico para vivir”, comenta Gloria Ospina, su hija. Lucila decide amparar a los niños del barrio ofreciéndoles un espacio en el día para comer, aprender y jugar. Ese espacio de cuidados era su casa. “Quería cuidar a los niños y niñas del barrio, que son el futuro, para que sus madres al salir a trabajar pudieran también cuidarlos mejor”.
Desenlace / Años después Mamá Chila se queda sin casa propia a causa del proceso de reubicación a la población del barrio Moravia. Su hija ofreció voluntariamente la venta de la vivienda para construir el Jardín Infantil Mamá Chila, sin embargo, según lo expresa Gloria Ospina, el acuerdo con el municipio no se logra como se había pactado, y el proceso termina en la expropiación de la vivienda y una remuneración por debajo de lo esperado por la familia. Hoy Mamá Chila está en su vejez, y aunque vive con su hija y su nieta en Moravia no cuentan con un sustento económico que les permita tener casa propia en el barrio donde crecieron y su donde su abuela construyó comunidad desde el amor. ¿Quién cuida a la cuidadora?
Hace poco, participamos de un ejercicio convidado por las urbanistas e investigadoras Catalina Ortiz y Gynna Millán, ambas colombianas radicadas en Londres, ganadoras del Global Challenge Research Fund con su proyecto COiNVITE: transmedia storytelling for urban learning (narrativas transmedia para el aprendizaje urbano). En este #CONVITE de saberes urbanos participaron comunidades de Moravia (Moravia Resiste y Urban Lab Medellín Berlín), Comuna 8 (Tejearaña), Manantiales de Paz y Observatorio de Seguridad Humana; la academia, Universidad Nacional de Colombia, Universidad de Colorado Boulder, Universidad de Londres, Universidad de Los Andes; organizaciones multilaterales como Habitat International Coalition, ONU HABITAT, Cities Alliance; Gobierno local, integrantes del Departamento de Planeación de la Alcaldía de Medellín; Radio comunitaria representada en La Vox Populi de Bogotá; y finalmente proyectos de ciudad como el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia y el Parque Explora.
Una de las actividades de este encuentro fue priorizar algunos mensajes sobre el Mejoramiento Integral de Barrios (MIB), como una alternativa a la Renovación Urbana, para luego plantear una historia que representara este mensaje y se contara a través de diferentes medios. Cada participante podía dar su voto por 3 de los 6 mensajes:
Fuente: Proyecto COiNVITE
Después de la votación y el respectivo conteo, uno de los mensajes priorizados y con mayoría de votos fue “Un MIB con enfoque de género es fundamental para avanzar en la agenda sobre el Derecho a la Ciudad y construir un urbanismo feminista”, el cual introdujo una polémica en la actividad pues uno de los participantes cuestionó de entrada que este fuera un mensaje clave para tener en cuenta. Este debate impulsó a las personas que decidieron trabajarlo. La historia que se planteó es la que inicia este artículo, la de Mamá Chila, una mujer líder de procesos sociales y culturales en Moravia que muchos reconocen como “la madre del barrio”. Su labor corresponde a lo que hoy se nombra como sistema de cuidados que es el trabajo que realizan las mujeres cuidando a sus hijos y a los hijos de otras mujeres. Esta actividad hace parte de la fuerza productiva del sistema dominante y de la base capitalista que conocemos y vivimos todos los días.
Algunos datos:
Fuente: Right to the city Platform
Además de la lucha por la igualdad de derechos: sociales, económicos y políticos, la mirada del urbanismo feminista es una invitación a reconocer la labor histórica de las mujeres en las ciudades. Los barrios de Latinoamérica y de Medellín no se pueden narrar sin las mujeres, y Moravia es un claro ejemplo de eso. Basta ver las fotografías compartidas por la comunidad en el Centro de Memoria Barrial para darnos cuenta que la mayoría de sus protagonistas son mujeres. Algunas se ven activas caminando junto al padre Vicente Mejía y en los Comités Populares de Vivienda, y otras se ven haciendo sancochos en los convites barriales donde además también se ve a las mujeres pegando ladrillos y armando sus casa a mano. Algunos datos: La historia de Moravia se cuenta desde y con las mujeres. Sus vidas se entremezclan en cada momento clave de su línea de tiempo. Es por eso que el Centro Cultural se propone este año 2019 explorar este mensaje clave del urbanismo, a través de una serie de contenidos publicados en la presente edición y en otros medios, para expandir la narrativa sobre el rol de la mujer en la ciudad y resaltar, de una manera crítica, una perspectiva de “desarrollo” poco documentada: la del cuidado.
Fuente: Revista ¿Qué Pasa? – Edición 30 / Mujer y ciudad
Por: María Juliana Yepes Burgos