Como antesala a la exposición del 16 de julio "Caminos y cocinas", compartimos desde el 7 de julio una serie de fotobodegones que entrecruzan memorias y saberes del barrio Moravia.
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Nota del fotógrafo:
Históricamente en el arte, especialmente en la pintura, los bodegones o naturalezas muertas han sido unas de las prácticas académicas más recurrentes entre los artistas como método de estudio y perfeccionamiento de las habilidades técnicas. La luz, los volúmenes, los colores, las texturas y las escalas de los motivos habitualmente compuestos por frutas, verduras y flores, servían de modelos detenidos a la perfección para que el ojo y la mano de los pintores establecieran una relación de sincronía que inmortalizara de manera figurativa los objetos que el artista disponía frente él.
Con la evolución del arte, la llegada de las vanguardias y toda la transfiguración representativa y conceptual que sufrió la forma de entender el arte, los bodegones continuaron siendo testigos y cómplices de esta nueva narrativa. Los alimentos y las plantas vieron como sus formas, texturas y colores pasaron por manos que hacían sus colores más vibrantes, sus curvas se tornaron puntiagudas y acerradas, sus volúmenes se hicieron angulares al punto de hacerlas irreconocibles y hasta en algunos casos se salieron del lienzo para materializarse en tres dimensiones.
Con la llegada de la fotografía y sus posibilidades artísticas pero también comerciales, no solo los artistas se vieron beneficiados, sino todos aquellos que haciendo parte del sector comercial relacionado con los alimentos, vieron en esta nueva tecnología una forma rápida, eficiente y provocativa para registrar y promocionar todo lo relacionado con la agricultura y la gastronomía. La publicidad y el diseño en los últimos años han ayudado a que el mundo de la cocina sea uno de los sectores comerciales en auge más prósperos. Siempre, sin importar sector social, etnia, religión o afinidades políticas, tendremos que alimentarnos. El planteamiento antropológico de la alimentación, considera ésta como un proceso social por el que se adquieren sustancias energéticas y estructurales necesarias para vivir. En este caso los alimentos deben reconocerse ideológicamente por el grupo social como aptos y deseables para comer. Hoy en el mundo globalizado al que asistimos esta relación con los alimentos está mediada por los medios de comunicación. Millones de personas se movilizan diariamente para ir a una plaza o un supermercado, entrar a un restaurante e incluso visitar lugares lejanos solo para ir a probar un determinado plato. Seguramente de estos millones de comensales, gran parte de ellos conocieron y se vieron provocados por uno de estos alimentos gracias a la publicidad, por una fotografía que encontraron en una red social, una revista o un programa de televisión.
La exposición fotográfica de bodegones del proyecto Caminos y Cocinas busca valerse de la estética del diseño y la publicidad, no con fines comerciales pero sí para promover y exaltar los productos alimenticios tradicionales de las diferentes regiones del país que participan de este proyecto y que por distintas razones hoy se manifiestan en el barrio Moravia. Dicha exposición cuenta con cinco bodegones que resaltan cinco preparaciones, entre platos fuertes, postres y bebidas, y que ubicados en el centro, sobre el fondo negro de un formato 1x1, se ven rodeados de los diferentes ingredientes que componen dichas recetas. Mientras que con la preparación principal y terminada se busca resaltar la receta y su exquisitez, con los ingredientes que la rodean otorgamos dinamismo y movimiento, aludiendo a los caminos que tanto ingredientes como personas, han recorrido para llegar al plato central.
Cristian Torres
Instagram: @cristian_nomada
Referentes estéticos:
Proyecto Pan de cada día del artista Gregg Segal.