Don Chepe, un campesino en la ciudad


José María Arenas de 71 años nació en el municipio de Belmira. Llegó hace 40 años al barrio Robledo Aures, acompañado de seis vacas y unos cuantos terneros, cuando las  casas del barrio podían contarse con los dedos de la mano. Ha entregado toda su vida a sus animales y a su tradición rural, paseando sus vacas por las praderas sin ningún inconveniente a través del tiempo, inicialmente por las mangas y rastrojos, y actualmente por los demás barrios aledaños que se formaron. 

Don Chepe, como es conocido en este sector de Robledo, no se ha preocupado en lo más mínimo por la transformación del territorio, pues ni la llegada de los habitantes, ni la formación de los barrios, pudieron obligarlo a renunciar a su labor campesina y al cuidado de sus animales. Sus vacas son su única riqueza y razón de vivir. Sin ellas la vida no tendría sentido, pues sus quehaceres cotidianos y obligaciones económicas, actualmente giran en torno a ellas. Niña, Paloma o María, como algunos pelaos del barrio le bautizaron a la última, y sus dos terneros aún sin nombre, son su tesoro más preciado.

Estas vacas lecheras recorren diariamente junto a Chepe y Papeleta, uno de sus tres perros, algunos barrios de Robledo buscando un pequeño espacio para poder pastar en medio de tanto cemento que no deja espacio para la placidez y la conservación de un entorno natural, necesario para poder aliviar y tomar un respiro ante tanto desasosiego.

Por Fredy Henao

Este artículo hace parte de nuestra revista ¿Qué Pasa? Edición 31, Soy mi barrio, soy mi hogar

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