Bordar en la distancia


El Costurero - Borda en casa

El Costurero - Borda en casa

Bordar en la distancia

Entretejer los afectos y la creatividad en medio de la cuarentena
Costurero de Moravia CDCM
Marzo- Julio de 2020

Se cose, niña mía
-Nona, qué se hace cuando se está desesperada?
-Se cose, niña mía. A mano, lentamente, disfrutando cada puntada creada con nuestros dedos.
-¿Coser aleja la desesperación?
-No, cosiendo tú la decoras. La miras de frente. La afrontas. Le das forma. La atraviesas. Y vas
más allá.
-¿De verdad, es tan potente coser a mano?
-Claro, querida. La gente no cose más y por eso está desesperada. Las modistas saben que con la
aguja y el hilo pueden afrontar cualquier situación oscura logrando crear además maravillosas
obras de arte. Mientras mueves tus manos, mueves tu alma de un modo creativo. Si te dejas
transportar por el ritmo repetitivo de los remiendos y del bordado, entras en un verdadero estado
de meditación. Llegas a alcanzar otros mundos. Y la maraña de hilos emotivos de tu interior se
suaviza. Sin hacer ninguna otra cosa.
-¿Qué se aprende cosiendo?
-A afrontar cada cosa. Nada más. Sin pensar en lo sucesivo. Se hace foco sobre el presente, en
cada puntada. Que es, justamente, lo que se nos escapa en la vida cotidiana. Estamos desesperados
porque pensamos siempre en el futuro. Y haciendo eso el bordado sale disarmónico, confuso y poco
cuidado.
-Sí, nona, pero las preocupaciones y los miedos... ¿Cómo se hace para vencerlos con la costura?
-Niña mía, no los debes vencer. Solamente los debes recibir. Y comprenderlos. Cosiendo, armas la
trama de la vida con tus manos, eres tú la que crea el traje justo para tí misma. Cosiendo te
conectas con ese hilo sutil que pertenece a toda la humanidad y a sus misterios. Cosiendo te
transformas en una araña que teje su tela mientras cuenta silenciosamente al mundo todos los
secretos de la vida. Cruzando los hilos, cruzas tus pensamientos, tus emociones. Y te conectas a lo
divino que hay en tí y que sostiene en la mano el principio del hilo.
Elena Bernabé

Las obras textiles, las voces, los rostros, las compañías que hoy compartimos hacen parte del trabajo virtual que a través de un grupo de Whatsapp realizamos 27 de las integrantes del curso de formación El Costurero de Moravia, como alternativa para darle continuidad a los encuentros semanales y hacer frente a las restricciones decretadas por la declaratoria de la emergencia nacional por el Covid -19.

Bordar en la distancia, implicó adaptarnos, experimentar y encontrar nuevas formas de trabajar, recurrir a la creatividad y valorar la trayectoria que como grupo hemos construido, reconociendo los saberes y capacidades para resolver los retos que el uso de la tecnología y el aprendizaje de nuevas técnicas propuso.

Por medio de videos, fotografías y mensajes de texto y voz, se desarrolló la propuesta metodológica, como verán, los resultados son asombrosos, no sólo por la cantidad de trabajos realizados, sino por los temas que se entretejieron alrededor del cuidado físico y mental, la casa como lugar de creación, las nuevas técnicas textiles como el punto de cruz y la experimentación con puntadas de bordado tradicional para nombrar lo que nos preocupa, lo que extrañamos y las formas de cuidarnos y cuidar a quienes nos rodean.

Esta exposición nos habla de la potencia del lenguaje textil como conocimiento, texto, acción y espacio para entrelazar relaciones, hilar afectos y anudar en el proceso creativo una reflexión por la vida cotidiana y las experiencias vitales que nos construyen socialmente. La casa que habitamos, las mascotas que nos acompañan como parte de la familia, el jardín que cuidamos, los recorridos y los encuentros que extrañamos y la belleza de la naturaleza son la inspiración para crear nuevas piezas que dan cuenta del poder de lo pequeño, del proceso y la dedicación. Cada bordado contiene una historia que se abre para quien atentamente observe.

Integrantes del Costurero

 

Galería de espacios de trabajo tejido

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